Foto: Isabel Obeso |
Entré como quien entra a una habitación
oscura.
No vi nada, ningún color ni contorno ni
nada familiar.
Abro la ventana y se inunda de luz y de
colores.
La ventana da luz pero no es su fuente
ni su origen.
Colores y formas vienen a mi desde mi
mismo.
Dualidad constante, como la habitación
oscura,
que inunda la conciencia de sensaciones.
El sol, como pálido reflejo de lo
Supremo,
fuente de materia y de luz.
La ventana, ya sea cerrada o abierta,
no constata que el sol brilla siempre
por igual.
La mente no da cuenta de lo Real.
Lenguaje, instrumento de la mente,
hecho por la mente para la mente.
La causalidad está solo en la mente
y la memoria otorga la ilusión de
continuidad
y la repetición de causalidad.
R.Malak
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